Cee y Finisterre Otra Vez

Ir a visitar a José Luis en Cee es siempre un placer. Un tipo con quien mantener un rato de charla siempre es ameno, instructivo e interesante. En esta ocasión pudimos además conocer a su media naranja, Mari, un encanto de persona que esta vez no se libró de venir a comer con nosotros.
En esta ocasión, además, el encuentro contó con unos invitados de excepción, Malena y su troupe, de Observatorio del Vino. Con cierto retraso por obligaciones previas, todo discurrió al final hacia una agradable comida y una más que interesante charla, donde se habló del clima, de turismo, de hostelería y sobre todo de vino. De los vinos naturales, del "ecologismo vitivinícola", del mercado de la distribución de vinos, del posicionamiento de los vinos naturales y artesanos, y demás temas relacionados.
La comida tuvo lugar, nuevamente, en O Fragón, un restaurante ya comentado anteriormente en este blog, y en el que Fran y Sefa se lucen con la materia prima, la elaboración, la atención y el detalle. Esta vez nos deleitamos con unos Longueiróns a la plancha tiernos y ricos, unas sardinas marinadas acompañadas de mermeladas de tomate y de pimiento que estaban exquisitas, y unas zamburiñas con aceite de jengibre que levantaron exclamaciones en la mesa. Los platos fuertes fueron un exquisito bonito aderezado con lima y un espectacular cabracho a la plancha, fresco fresquísimo. En los postres hubo variedad, pero yo repetí queso con membrillo, que esta vez además venía acompañado de unos deliciosos higos, los primeros del año.
Remojamos todo con cuatro auténticos vinazos, totalmente distintos, con una gran personalidad cada uno, y que estuvieron todos a la altura.
Empezamos con un Madai 2008 (DO Bierzo, blanco con crianza sobre lías, 100% Godello, Madai): precioso amarillo pajizo brillante, algún reflejo verdoso y dorado. Nariz franca e intensa, con mucha fruta, notas amieladas y amoscateladas y algo floral. En boca, fresco, untuoso y frutal, marcando de nuevo esos recuerdos amoscatelados y notándose la crianza sobre lías. Un delicioso vino que gustó mucho a todos. Seguimos con un cambio total de registro, saboreando un Blanco Nieva Pie Franco 2009 (DO Rueda, blanco joven, 100% Verdejo, Viñedos de Nieva): amarillo pálido con destellos verdosos. Muy buena intensidad aromática, destacando las notas herbáceas y dejando en segundo plano la fruta blanca. En boca es potente, fresco, con fantástica acidez y un final levemente amargoso. Un verdejo exquisito, que se aleja de las frutitas a las que nos están acostumbrando en Rueda. Terminamos volviendo a un viejo conocido, un Quinta do Buble 2008 (DO Monterrei, blanco joven, 100% Godello, Quinta do Buble): amarillo pálido con bonitos reflejos verdosos. Nariz limpia y franca, con frutas blancas y de hueso, alguna nota cítrica muy suave y leves recuerdos minerales. En boca algo más untuoso que cuando lo probé en Diciembre, pero fresco y vivo, muy frutal y delicioso. Sigue estando fantástico. La cosa terminó con una joya vinícola como es el Tostado de Teira (DO Ribeiro, dulce tipo tostado, 100% Treixadura, Manuel Formigo): ámbar con reflejos ambarinos brillantes. Nariz intensa y compleja, con pasas, frutos secos, tostados y miel. En boca es intenso, complejo, se notan bien sus 18,5ºC, pero a la vez es fresco, con una persistencia larga. Un vino con una elaboración compleja y costosa, que vale bien lo que cuesta.
La tarde terminó de vuelta a La Vitualla, donde pude hacerme con algunas cosillas interesantes, de las que ya iré dando cuenta.
José, Mari, un placer haber estado con vosotros; a ver si repetimos periódicamente. Malena, Claudio, Marc, un placer haberos conocido; siempre interesantes las conversaciones con vosotros, espero que podamos repetir sin demasiada demora.

Comentarios

  1. S, coincido contigo en el Blanco Nieva aunque yo lo prefiero al menos con dos años.
    El Madai lo probé el año pasado, me pareció un vino mas que correcto pero tampoco me llamó la atención.

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  2. Sibarita, es posible que ese Blanco Nieva mejore aún en botella, pero a mi me gustó bastante. Distinto a lo que se lleva en Rueda, que casi todo huele y sabe igual.
    El Madai fue para mi una grata sorpresa, gustó mucho mucho.
    Saludos.

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