Encuentros con el Vino (y III)

Y al fin, el último de los menúes de Encuentros con el Vino al que hemos asistido este año. Elegimos el restaurante El Xato, en el precioso pueblo de la Nucia. Un pequeño y coqueto restaurante, muy bien montado, con un ambiente muy agradable.
Empezamos con un Cremoso de mullaor de sangatxo con espuma de tortilla de patata. Ni idea de lo que era esto, pero una investigación internáutica nos aclaró que el sangatxo es una parte del atún cercana a la espina dorsal. Y el mullaor es una especie de fritada. Así pues, tenemos una fritada de atún en textura de crema con una espuma de tortilla de patata por encima. Rico y curioso al notar esos sabores con esas texturas. Empezamos la parte vinícola con un cava Joan Raventós Brut Reserva Heretat (DO Cava. Macabeu, Chardonnay, Parellada. J. Raventós Rosell). Aromas de avellana y algo de bollería. Seco y armonioso en boca. Se nota mucho la Chardonnay. Buen cava.
Seguimos con un Carpaccio de galeras con azafrán y cremoso de calabaza y almendras. Sorprendente conjunción de sabores, donde quizá el azafrán adquiría el protagonismo absoluto, y desmerecía un poco el resto del plato. Estuvo acompañado por un interesante Chozas Carrascal Las Tres 2008 (DO Utiel-Requena. Blanco fermentado en barrica. Chardonnay, Sauvignon Blanc y Macabeo. Chozas Carrascal). Amarillo pajizo con reflejos verdosos, brillante. Nariz compleja, donde destacan frutas blancas, melocotón y notas de bollería (maloláctica?). En boca es seco, suave, muy frutal. Interesante vino del que no me importaría hacerme con alguna botellita.
El toque otoñal lo puso un Salteado de setas con morcilla y tagliateli de calamar. Delicioso salteado, setas en su punto y plenas de sabor, y unas finas tiras de calamar que aportaban un buen contraste. La enjundia de este plato requirió un Torres D’Anguix Barrica 2006 (DO Ribera del Duero. Tinto roble 100% Tinta del país. Torres de Anguix). Rojo picota intenso, brillante, ribetes violáceos. Intensos aromas a caramelo de mora, balsámicos y un toque ligero de vainillas. En boca tiene una buena acidez, taninos mínimamente verdes y un retronasal afrutado muy bueno. Un buen ejemplo de los tintos de corta crianza de Ribera.
Sorpresa de sabores y quizá plato del día, Canelón de Ternera y trufa con bechamel de mascarpone. Ternera suave que se deshacía, bechamel de mascarpone que le daba un punto especial, y el aroma de la trufa negra. Riquísimo. El vino elegido fue un Vega Guijoso 2006 (DO Pago Guijoso. Tinto crianza. Merlot, Cabernet Sauvignon, Tempranillo, Syrah. Sánchez Muliterno). Rojo picota, capa media, ribetes algo evolucionados. En nariz, complejo, con fruta roja, ahumados, monte bajo, un punto de pimienta blanca. En boca es suave, sedoso, muy redondo. Invita a beber más de una copa.
El plato principal fue un Tostón a la naranja con clavo y boniato rojo. Bien presentada ración de cochinillo en su punto, con un fondo de naranja diferente a lo habitual. Muy bueno. El vino para este plato fue un  Viña Consolación 2003 (DO Pago Guijoso. Tinto reserva 100% Cabernet Sauvignon. Sánchez Muliterno). Rojo granate con ribetes atejados, algo apagado. Aromas de crianza con vainilla, balsámicos, y al fondo pero notándose fruta madura y quizá pimentón. En boca redondo, sedoso, taninos plenamente integrados y suaves. Muy buen vino, lejos de la robustez de otros Cabernets.
Primer postre, Frutos rojos, yogurt griego y peta zeta. Delicioso frutos rojos con una exquisita espuma de yogur griego y un puntazo divertidísimo de peta zetas, que se oían explotar desde el otro lado de la mesa, acompañados por un Darimus Syrah Dulce (VT Cartagena. Tinto dulce 100% Syrah. Bodegas Serrano). Quizá el vino más raro que he probado nunca. Rojo picota, reflejos violáceos, denso. Aromas extraños a yodo y hierbas aromáticas. En boca una entrada muy rara, nuevamente con ese toque yodado, y después un final muy dulce y muy largo. Desde luego, un vino extraño que no me deleitó demasiado.
Para terminar, Soufflé de turrón y helado de miel. Muy rico. Lo acompañamos no con vino, sino con un Licor de Caramelo Joseph Cartron. Muy rico y goloso.
Una gran experiencia la comida en El Xato, quizá la que más nos gustó de las tres, con muy buenos platos y deliciosos vinos (reconozco mi debilidad por los de Sánchez Muliterno, a pesar del patinazo del Flor de Divinus). Experiencia que mejoró Paco Cano, sumiller de la casa, presentándonos a Cristina, su señora y alma de la cocina, y permitiéndonos visitar su bodega, con unas 850 referencias de vinos y más de 100 en destilados. Ah, y que prometió cuando volvamos hacernos un coupage de sus más de 40 variedades de café.

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